Hacedores de la cultura Maker

Cultura Maker es dar, recibir, hacer y compartir con los demás.

Cuando en la década del ´70 se empezaron a producir las PC ( las computadoras personales), ese grupo de seres humanos nos estaban dando la gran oportunidad a todos, fuera de los ámbitos de las organizaciones, de acceder a poderosas herramientas capaces no solo de optimizar el trabajo, sino de crear.

Lo mismo podemos decir de quienes comenzaron a programar y dejar ese código de programación abierto para ser utilizado, modificado, ampliado o simplemente para aprender sobre él.

Estos son algunos de los ejemplos que sembraron la semilla de la cultura maker, una cultura que se basa en el “hágalo usted mismo”, que nos da la oportunidad de buscar por nuestros propios medios la solución a nuestras necesidades.

Si bien se podría pensar que esta idea promueve el individualismo, muy por contrario, su espíritu se sustenta en el dar conocimiento, en compartirlo con otros para incentivar y colaborar con los demás.

El movimiento fue generado por Dale Dougherty, quien en el año 2005 fundó la revista Maker. Este término hacía referencia a los inventores digitales. Actualmente, podemos tomarnos el atrevimiento de simplicar el concepto a partir de la idea de un sujeto activo en la construcción de su conocimiento.

Muchas de las herramientas, páginas web, programas que les hemos compartido en Dataritmo alientan a esa cultura Maker. Como Thunkable, la herramienta que permite diseñar aplicaciones sin tener que programar, o desde el uso de Scratch para trabajar la programación orientada a objetos, entre otras opciones.

Por lo tanto, sus fronteras son flexibles, la colaboración tiene el tamaño de la red y las posibilidades son, indudablemente, infinitas.

Este espíritu de colaboración y de aprendizaje activo puede incentivarse desde el aula, generando propuestas que promuevan la generación de preguntas, la construcción activa de las respuestas o soluciones, el intercambio de opiniones, la búsqueda de fuentes diversas y heterogéneas de información, así como también de lenguajes. Después de todo, como afirma Dougherty, todos somos makers.

A crear y compartir!

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