Ciudadanos digitales: escenarios y desafíos.

La digitalización de la cultura nos permite repensar los procesos productivos, laborales, educativos o afectivos, ya que implica una articulación entre dispositivos culturales, narrativas digitales y subjetivación, es lo que Sebastián Novomisky (2020) denomina una tríada donde las prácticas, los sujetos y los discursos se ven atravesados por la convergencia tecnológica. Implica una nueva forma de construir identidades y formas de percibir la realidad, a partir de la interacción mediada por tecnologías.

El aislamiento social preventivo y obligatorio que tiene lugar como consecuencia de la pandemia, intensifica los intercambios, las actividades, las transacciones que se realizan a través de estos dispositivos; esto implica mayor información que los usuarios aportamos a los procesos de Big Data. Al mismo tiempo, significa un mayor control, mayor poder por parte de quienes acceden y gestionan la información que se produce a partir de estas acciones.

Lo anterior, convierte en una necesidad urgente, formar a los jóvenes respecto de los desafíos que implican estos escenarios de participación, relación con el/los otro/s, consumo e intercambio de datos.

El concepto de Huella Digital se convierte en central para comprender que al navegar en la red Internet, vamos dejando rastros que permiten construir nuestra identidad a partir de páginas visitadas, palabras claves, perfiles de nuestros contactos, “me gusta” y cuanta interacción se nos presente.

Carlos Scolari en su sitio denominado Hipermediaciones cita en su artículo El capitalismo de vigilancia, destino oscuro (2020) a Shoshana Zuboff, quien propone la figura del «Big Other, a diferencia del Big Brother, que se basa en un perfeccionado mecanismo de control y sumisión social fundado en la manipulación de la conducta a través de los algoritmos, donde lo único que busca es extraer información para convertirla en mercancías vendibles en el mercado de los datos» .

Pensar en términos de ciudadanía digital, implica atender estos escenarios formando en los estudiantes un espíritu crítico, promoviendo la capacidad de reflexión, de objetivación, siendo capaces de sostener una participación activa y responsable. 

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